by sozan

Alumno Zen Sin Fronteras

Tres Estadíos de Formación en la Vía

Explorar la Intención, Ingresar en la Vía y Profundizar en la Práctica.

1º Estadío: Explorar la Intención

En este primer estadío, el Alumno toma contacto con los fundamentos del Budismo en general y del Zen en particular. Se intensifica el compromiso con el Maestro, el estudio, el ritual, el Zazen y la Sangha. Surgen las preguntas fundamentales sobre las razones para ingresar en este camino y la intención se clarifica, determinando si realmente existe la convicción necesaria para continuar en esta Vía como el principal camino espiritual de la persona.

El Alumno, en activa exploración de su intención, se mantiene en un estado contínuo de sana curiosidad y mente de principiante, conectando con los aspectos de la práctica Zen en sus expresiones formales y cotidianas.

Zazen. Dōgen dijo “Estudiar el Zen, es Zazen. Zazen es la esencia del budismo, y el corazón latente del budismo se encuentra en el acto mismo del Zazen”. La meditación en este estadío se integra como un aspecto fundamental en la práctica, realizando un especial esfuerzo por participar de los Zazen semanales y retiros de Zen Sin Fronteras de manera de llevar la meditación a cada aspecto de la vida del Alumno.

En este estadío que usualmente tiene una duración de uno o dos años, la intención de práctica se hace manifiesta, y el Maestro evaluará durante esta etapa si el Alumno se encuentra suficientemente establecido como para continuar hacia el siguiente estadío, donde formalizará su relación con el Maestro y con el camino de práctica. Puede también ocurrir en ocasiones que, en consideración a la intención y grado de participación, el Maestro determine que es momento de prolongar, suspender o dar de baja al Alumno en su programa de formación.

2º Estadío: Ingresar en la Vía.

Este estadío tiene dos componentes principales en su desarrollo: Shoken y Jukai.

El Shoken es una ceremonia en la que el Alumno solicita formalmente las enseñanzas del Maestro. El Maestro no puede enseñar al alumno sin el permiso explícito de éste, y el Alumno no puede considerarse alumno de un Maestro sin ser formalmente aceptado como tal. En esta ceremonia el nuevo alumno deja claro su deseo de estudiar con su Maestro y éste le da la bienvenida al camino. Esto inicia el proceso de convertirse en Alumno y señala el comienzo de una relación de entrenamiento formal entre el Maestro y el Alumno. Es tradicional ofrecer algún pequeño regalo simbólico al Maestro en el momento de hacer su petición formal de Shoken. 

Luego de Shoken, Alumno y Maestro comenzarán a discernir juntos el momento adecuado para comenzar el camino hacia el Jukai o Ceremonia de Preceptos. Cuando la intención del Jukai se clarifica, el Alumno solicita formalmente al Maestro recibir los Dieciséis Preceptos del Bodhisattva. La iniciación en la vía del Bodhisattva requiere un compromiso mutuo y, en última instancia, la autoridad y la decisión de iniciar a un Alumno está únicamente en manos del Maestro.

El Alumno comienza a estudiar los Dieciséis Preceptos del Bodhisattva y a coser el Rakusu (Manto de Buda). La Ceremonia de Preceptos o Jukai es una oportunidad para profundizar en el compromiso con la tradición Soto Zen y para recibir formalmente los preceptos y tomar refugio en el Buda, el Dharma y la Sangha. 

Luego del Jukai, el Alumno permanece en este estadío como mínimo por un año. Durante este período, el foco de práctica será el de observar la manera en que los Preceptos se hacen presentes en la vida diaria. Cumplido el año posterior a la Ceremonia de Jukai, el Maestro -en conversación con el Alumno- determinará si es el momento propicio para que el mismo ingrese al tercer estadío. 

3º Estadío: Profundizar en la Práctica

A partir de aquí el Alumno se establece en su expresión como Bodhisattva, llevando los votos a la acción, estudiando los propios obstáculos, confusión y apegos en mayor profundidad desde un lugar de mayor sabiduría y compasión.

Al ingresar a este estadío, el foco de la práctica en esta primera instancia se encuentra en establecer los “Tres Pilares del Zen” como principal guía y soporte: Gran Fé, Gran Duda y Gran Determinación.

Gran Fé:

  • La confianza plena en los Tres Tesoros se hace evidente. Comprendemos que lo que estamos haciendo es de fundamental importancia.
  • Surge la creencia, sin ninguna duda, de que se está intrínsecamente despierto y del co-surgimiento dependiente en el despertar de todos los seres. La Gran Fé significa tener fé en la capacidad de nuestra mente para reconocer nuestra Naturaleza de Buda.
  • Se cree y confía con sinceridad en las enseñanzas del Buda, los ancestros y el Maestro Zen.

Gran Duda:

  • La mente ya no lo puede explicar todo. ¿Qué ocurre entonces? Se da un paso más hacia lo desconocido. ¿Qué será de mi vida si continúo en este camino?
  • La duda se establece como una herramienta para ver las cosas tal como son, comprendiendo la manera en que nuestro karma distorsiona la realidad tal como la vemos y vivimos.
  • No hay nada más íntimo que no saber, y de esta manera surge la Mente de Principiante. Todas nuestras creencias son examinadas y reexaminadas con frecuencia. Cada creencia es comprobada con nuestro propio entendimiento y experiencia.

Gran Determinación:

  • Una fuerte convicción que brota del fondo de las entrañas y alienta al practicante en el camino. La Gran Determinación es una resolución firme de seguir adelante en nuestra práctica. Se trata de mantenerse en el camino y evitar el desánimo. Se trata de cultivar la paciencia y la autodisciplina.
  • La determinación no se vive como una cualidad obsesiva ni heroica, sino como el humilde y firme compromiso de despertar a través de todos los aspectos de la vida, sin búsqueda de provecho. Sin prisa y sin pausa.
  • Meditamos con total determinación, como si la vida dependiera de ello. Sólo con la Gran Determinación en Zazen se puede penetrar en la Gran Duda.

A medida que continúa explorando y profundizando en su práctica, el Alumno puede observar que lo que busca ya se encuentra en su vida desde el principio, que no es algo fuera de ella. El foco de la práctica se establece en la manera en que:

  • Se comienzan a realizar las actividades cotidianas de la misma forma que se practica el “Shikantaza”: sólo sentarse, sólo caminar, sólo estudiar, sólo trabajar. La práctica se ve reflejada en la vida cotidiana ya no como agregado, sino como la naturaleza misma del individuo.
  • El karma ya no tiene el mismo control sobre la persona como lo tenía anteriormente. La vida comienza a realmente ser guiada por los Votos de Bodhisattva y no por el karma.
  • El Alumno puede verse a sí mismo con mayor objetividad. Profundiza en espacios más sutiles del vacío.
  • Los Tres Pilares del Zen se integran profundamente en la práctica formal y la vida diaria.
  • El Zazen se hilvana en nuestra existencia: comienza antes de sentarse y continúa después de hacerlo.
  • La práctica se integra completamente en la vida del Alumno. Ya no es un esfuerzo, es simplemente ser. Es lo que Dogen llama “Práctica-Realización”.

La práctica puede expresarse de diferentes maneras. Sin embargo, más allá de títulos y categorías cabe recordar que somos siempre alumnos, siempre discípulos en el camino del despertar en una vida completa de aprendizaje y servicio. Cada expresión de práctica es en sí misma realización y despertar. Desde “Ser un Bodhisattva en el Mundo” o un “Gran Maestro”, las diferentes maneras en las que expresamos la práctica conforman una parte igualmente relevante en el gran mandala que es nuestra vida en el Zen.

Cualquiera sea su manifestación, la intención es la de expresar la no dualidad y el despertar a través de la práctica del Zen y los Dieciséis Preceptos del Bodhisattva. Por lo tanto, reconocemos y valoramos por igual la expresión de la práctica en entornos formales y en la vida cotidiana, afirmando así tanto la práctica laica como la práctica monástica o sacerdotal como pura expresión de la vía del Bodhisattva.

NOTAS:

Espejo de la Práctica: Los Alumnos ZSF recibirán y completarán de manera mensual su “Espejo de la Práctica”. Este documento contiene los eventos y meditaciones realizadas durante el mes, así como información sobre los aspectos referidos a la acción y estudio realizados por el alumno. En este documento el Alumno refleja sus principales desafíos durante el mes y define su intención para el mes siguiente.

Estudio: En cada estadío el Alumno recibirá instrucción sobre lecturas recomendadas, talleres, cursos y otros recursos didácticos que apoyan la investigación y aprendizaje en cada momento y etapa. A su vez, siempre cabe recordar que estudiar y hablar del Dharma es importante, pero no es suficiente si no lo llevamos a la práctica. El Zen es un camino de acción, de estar presentes en el mundo… Y si no nos ayuda en nuestro día a día, ¿de qué sirve?

Zanzen (Gran Dokusan): Los Alumnos ZSF son convocados cada año a un “Zanzen” con el Maestro. Este importante encuentro, que usualmente ocurre en el mes de Rohatsu (diciembre, el mes de la iluminación de Buda), es una oportunidad para discutir la manera en que se expresa la práctica del Alumno en el presente, los obstáculos existentes y la intención que se manifiesta para el año siguiente.

 

Todos los seres por naturaleza son Budas,
como el hielo por naturaleza es agua.
Aparte del agua no hay hielo;
aparte de los seres, no hay Budas.

Hakuin Ekaku